
A medida que los líderes avanzan en su carrera y asumen posiciones de mayor responsabilidad, tienden a alejarse de la realidad que viven los empleados.
Es en este punto cuando la cultura organizacional comienza a diluirse o, peor aún, proliferan subculturas que fragmentan la identidad corporativa.
Según un estudio de Gallup, el 70% de la variación en el compromiso de los empleados está directamente relacionada con el liderazgo.
Sin embargo, cuando los líderes pierden contacto con la realidad, se guían exclusivamente por las personas más cercanas o con quienes tienen mayor interacción, lo que limita su capacidad para tomar decisiones informadas, anticipar problemas y reforzar los valores culturales.
El desafío de mantener el pulso de la empresa radica en la falta de tiempo, ya que los roles de alta dirección exigen una mayor presencia en proyectos y reuniones estratégicas. No soy ajeno a esta dificultad, pero he aprendido que comprender la cultura organizacional es un factor crítico de éxito para garantizar resultados sostenibles y moldear una cultura coherente.
A lo largo del tiempo, he probado diversas estrategias para mantenerme conectado, y lo que considero más efectivo es el contacto directo con las personas. Aquí te comparto algunas prácticas sencillas que puedes implementar:
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Segmenta la población de tu empresa: Divide a los colaboradores en líderes, personas de alta influencia y equipos. Mi meta personal es conocer al 100% de los líderes en los primeros seis meses y al resto de los equipos en 18 meses.
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Define el objetivo de la reunión: Prioriza conocer a la persona a nivel personal para establecer un mínimo de confianza y comprender sus motivaciones. No hables solo de trabajo.
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Establece una rutina: Dedica un espacio fijo en tu agenda. Yo reservo cuatro horas semanales para reuniones individuales y grupales, seleccionando equipos de manera aleatoria.
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Diseña espacios de conversación auténticos: Alinea los encuentros a tu estilo personal para generar autenticidad. En mi caso, disfruto del café, por lo que invito a los equipos a charlas informales mientras lo preparo.
El éxito de tu organización depende de una cultura fuerte y un liderazgo auténtico. No dejes que la desconexión con tu equipo debilite la identidad de tu empresa.
Trabajemos juntos para construir un entorno donde cada colaborador se sienta valorado y comprometido.
Quiero conversar-
Lleva un registro: Analiza la información recolectada tras cada conversación para identificar tendencias y definir acciones concretas.
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Cuida la confidencialidad: La confianza es clave. Respeta la información sensible que los colaboradores compartan y evita divulgar sin su consentimiento.
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Solicita retroalimentación anónima: Encuestas internas pueden ayudar a identificar problemas invisibles. Según la consultora Deloitte, el 64% de los empleados cree que los líderes no están suficientemente informados sobre la cultura real de la empresa.
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Conecta con los nuevos ingresos: Las primeras impresiones son clave. Realiza sesiones de bienvenida para entender su percepción inicial sobre la cultura corporativa.
La cercanía con la vida cotidiana de los empleados es la herramienta más efectiva para conocer la cultura real de una empresa, detectar oportunidades de mejora y moldearla para garantizar su alineación con los valores organizacionales.
¡Es hora de tomar el pulso!
La cercanía con los empleados es la herramienta más efectiva para conocer la cultura real de una empresa, detectar oportunidades de mejora y moldearla de acuerdo con los valores organizacionales.
Los líderes tenemos la responsabilidad de salir de nuestras oficinas, escuchar con empatía y construir espacios donde la voz de cada colaborador sea valorada. Al final, la cultura no es lo que está escrito en un código de valores, sino lo que sucede en el día a día.
Evalúa cuán bien conoces la cultura real de tu empresa. Inicia hoy con una conversación significativa, mantente cercano a tu gente y recuerda: una cultura fuerte no se impone desde arriba, se construye con todos.