El síndrome del impostor fue identificado en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes. Aunque inicialmente se centraron en las mujeres, se descubrió que este fenómeno afecta a personas de todos los géneros y niveles profesionales. Según un estudio publicado en el International Journal of Behavioral Science, el 70% de las personas experimenta el síndrome del impostor en algún momento de sus vidas.
Lo más sorprendente es que este síndrome no se limita a empleados de base, sino que es común entre altos ejecutivos y líderes empresariales. Una investigación reciente de NerdWallet reveló que el 78% de los líderes empresariales ha experimentado el síndrome del impostor en algún momento de sus carreras. Si trabajas en un entorno altamente competitivo o en sectores tecnológicos como Amazon o Google, este dato podría resonar aún más, ya que el 58% de los empleados en estas empresas han admitido sentir que no están a la altura de sus responsabilidades.
¿Por qué es tan común en los altos ejecutivos?
Lo curioso es que el síndrome del impostor se intensifica a medida que asciendes en tu carrera. Los líderes rodeados de equipos de gran talento suelen sentir una mayor presión para demostrar que merecen estar en su posición. Según Valerie Young, experta en el tema, estos líderes a menudo creen que deben trabajar más duro que los demás para evitar ser “descubiertos” como un fraude. Esta situación genera una espiral de ansiedad y estrés que afecta tanto su bienestar como el de sus equipos.
En mi propio recorrido, experimenté este miedo. A pesar de que los demás reconocían mis logros, yo seguía sintiendo que no era lo suficientemente bueno y que, en cualquier momento, alguien podría descubrirlo. La clave para superar este sentimiento es reconocerlo y entender que no estás solo.
Cómo reconocer el sindrome del impostor
Es crucial que, como líderes, sepamos identificar las señales del síndrome del impostor, tanto en nosotros mismos como en nuestros equipos. Algunas señales clave incluyen:
- Atribuir los logros a la suerte en lugar de a nuestras habilidades.
- Basar la autoestima en la aprobación de los demás.
- Sentir que se debe ser perfecto para demostrar el valor propio.
- Sacrificar el bienestar personal para trabajar más.
- Tener un temor constante a ser “descubierto” como incompetente.
Entiendo que te hayas sentido así en algún momento; somos humanos. Sin embargo, es algo que claramente podemos superar juntos. Con la ayuda de una ruta y una guía adecuada, puedes superarlo. Déjame ser tu mentor.
Agenda una citaEl capítulo sobre el síndrome del impostor en mi libro ofrece herramientas para gestionar estas inseguridades, especialmente cuando asumimos nuevas responsabilidades o lideramos proyectos de gran envergadura. Exploro cómo podemos reconocer y desarmar esta voz interna que nos limita.
¿Cómo superarlo?
El primer paso para superar el síndrome del impostor es reconocer su presencia. Hablar abiertamente sobre este tema con colegas o mentores permite desmitificarlo y empezar a tomar medidas prácticas para enfrentarlo. Aquí te dejo algunas estrategias clave:
- Reconoce tus fortalezas: Haz una lista de tus logros y habilidades. Es importante recordar que no llegaste aquí por accidente, sino por tu esfuerzo y capacidad.
- Crea una red de apoyo: Rodéate de personas que te brinden retroalimentación sincera y te ayuden a ver tus logros desde una perspectiva más objetiva.
- Acepta los errores: La perfección es inalcanzable. Ver los errores como oportunidades de aprendizaje te permitirá avanzar con más confianza.
- Celebra los logros: No minimices tus éxitos. Tómate el tiempo para celebrar tus logros y reflexionar sobre lo que te llevó a alcanzarlos.
Al final, el síndrome del impostor no es más que una voz interior que nos desafía. Como líderes, nuestra tarea es aprender a manejarla y seguir avanzando. Si te interesa profundizar más sobre cómo enfrentar estos retos en el liderazgo, te recomiendo leer mi artículo sobre cómo liderar con la cantidad correcta de tensión, en el que exploro cómo equilibrar la presión sin que afecte tu desempeño ni el bienestar de tu equipo.
Liderazgo imperfecto, pero auténtico
El síndrome del impostor puede afectar incluso a los líderes más experimentados. Pero la clave está en reconocerlo, gestionarlo y no permitir que defina nuestra capacidad. Si sientes que este tema resuena contigo, te invito a explorar más sobre cómo desarrollar un liderazgo auténtico en mi artículo Cómo ser un líder sin ser el jefe..
Además, en mi libro Liderazgo Imperfecto, dedico un capítulo a profundizar en cómo superar estos desafíos y liderar desde la autenticidad, aceptando nuestras imperfecciones y aprendiendo de ellas. ¡Recuerda, el liderazgo perfecto no existe, pero el auténtico sí!