josé echeverri

Liderazgo Imperfecto: el arte de dirigir desde la autenticidad.

liderazgo imperfecto

El liderazgo ha sido históricamente asociado con la autoridad, la capacidad de generar resultados, la fortaleza y la perfección. Sin embargo, en este nuevo entorno laboral, debemos tener un enfoque diferente, donde los líderes seamos seres humanos reales, reconociendo y valorando las imperfecciones inherentes a la condición humana, un Liderazgo Imperfecto. En este artículo, exploraremos qué significa exactamente Liderazgo Imperfecto y cómo puede transformar la manera en que entendemos y practicamos el liderazgo en todos los ámbitos de la vida.

La perfección como ilusión.

Desde temprana edad, se nos enseña a aspirar a la perfección en todos nuestros entornos. Sin embargo, la búsqueda de la perfección es una tarea imposible y agotadora. El liderazgo, en particular, es un terreno fértil para este tipo de expectativas poco realistas. Los líderes son a menudo vistos como figuras infalibles, carentes de errores y debilidades. Esta percepción idealizada puede generar presiones abrumadoras tanto para los líderes como para quienes los siguen e incluso para los que aspiran a llegar a roles de liderazgo.

Sin embargo, la imperfección no sólo es inevitable, sino también deseable en el liderazgo. Las fallas y debilidades de un líder no son necesariamente obstáculos para el éxito, sino oportunidades para el crecimiento y la conexión genuina con los demás. Al abrazar la propia imperfección y la de los demás, los líderes pueden cultivar un ambiente de autenticidad y empatía que fomenta la colaboración y la innovación.

Los líderes son seres humanos y están sujetos a las mismas limitaciones y vulnerabilidades que el resto de nosotros. En lugar de ocultar o negar nuestras imperfecciones, debemos abrazarlas como parte integral de su identidad y experiencia.

En lugar de pretender tener todas las respuestas, debemos admitir cuando estamos confundidos o equivocados. En lugar de distanciarnos de nuestras emociones, debemos aprovecharlas como herramientas para conectar con los demás de manera más auténtica para desarrollar relaciones de largo plazo.

Los 5 pilares del Liderazgo Imperfecto.

Llegar a roles de liderazgo, no significa el final de nuestro destino sino el inicio de un viaje maravilloso que nunca termina y lo podemos recorrer con los siguientes pilares:

  1. La mejor versión de nosotros mismos. Significa vernos al espejo y nos implica un proceso de autoconocimiento honesto y continuo. Esto nos exige reflexionar sobre nuestras fortalezas, debilidades, deseos y motivaciones, y estar dispuestos a enfrentar nuestras verdades más profundas, incluso aquellas que puedan resultar incómodas o difíciles de aceptar. A través de esta autoconciencia, podemos identificar áreas de mejora y trazar un camino claro hacia el crecimiento personal.

    Significa estar abiertos a nuevas ideas y perspectivas, y estar dispuestos a desafiarnos a nosotros mismos fuera de nuestra zona de confort. Al adoptar una mentalidad de crecimiento, podemos superar obstáculos, desarrollar nuevas habilidades y alcanzar nuevos niveles de excelencia en nuestras vidas.

  2. Ser eternos aprendices. Cuando estamos convencidos de que somos “productos terminados”, es cuando empezamos a estancarnos en nuestro proceso de crecimiento como líderes. Por el contrario, debemos mantener una mente abierta y curiosa, dispuesta a explorar nuevas ideas y conceptos, y a cuestionar las suposiciones y creencias existentes. Implica adoptar una actitud de humildad y disposición para aprender de cualquier persona, situación o experiencia, reconociendo que todos tienen algo que enseñarnos, independientemente de su posición o estatus en la vida.

    También implica resignificar el error porque aún tiene una connotación negativa. Sin embargo, el error es una fuente de aprendizaje inagotable y la mejor manera de iniciar los procesos de innovación.

  3. La gestión de la vulnerabilidad. Contrario a la creencia popular, la vulnerabilidad no es una debilidad, sino una gran fuerza que nos permite conectarnos de manera profunda con las personas, donde la confianza y la colaboración pueden florecer. De hecho, ser vulnerables es una demostración de coraje y valentía.

    Cuando los líderes se muestran vulnerables frente a su equipo, crean un espacio seguro para que otros hagan lo mismo. Los líderes son los llamados a dar el primer paso y aunque es cierto que se pueden sufrir algunas decepciones en el proceso, las ganancias del proceso son mucho mayores.

  4. Crear entornos de seguridad psicológica. Debemos crear espacios donde las personas de nuestros equipos puedan compartir sus ideas, realizar preguntas o incluso cometer errores, sin riesgo a ser castigados o humillados. Estos son los cimientos de una cultura de aprendizaje.


    La seguridad psicológica no tiene nada que ver con relajar los estándares, actuar con simpatía para hacer que las personas se sientan más cómodas o repartir halagos incondicionales. Se trata de aceptar la diversidad en todas sus expresiones, y permitir que todas las personas puedan hablar libremente, siempre dentro del marco del respeto.

  5. Productor de nuevos líderes. Nuestro poder como líderes depende de la habilidad para despertar el potencial de las personas y ayudarlas a crecer. Y este es el desafío más importante para ser un Líder Imperfecto, porque esto implica ser prescindibles, es decir contratar y desarrollar personas para ocupar nuestro rol o incluso posiciones superiores. Tenemos la gran responsabilidad de desarrollar nuevos líderes para la organización y la sociedad.

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Nuestro rol como líderes es inspirar y desarrollar a las personas, siendo esta la mejor manera de atraer el mejor talento a nuestras empresas y la más efectiva para fidelizarlo. Esto nos exige desarrollar habilidades como Mentor para poder despertar el potencial de cada persona del equipo, descubriendo sus talentos y brindándoles la seguridad y confianza para que puedan florecer y brillar de manera natural.

En un mundo obsesionado con la perfección y el éxito a cualquier costo, el liderazgo Imperfecto ofrece un antídoto refrescante y necesario. Al reconocer y abrazar nuestra humanidad, los líderes imperfectos pueden cultivar ambientes de trabajo más saludables, creativos y

sostenibles. Nuestra grandeza como líderes no reside en la ausencia de defectos, sino en la capacidad de convertirlos en fortalezas, conectando desde nuestra autenticidad.

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