14 Jun 2025
José Echeverri

Error, fracaso y el arte de aprender a perder

Error

Nos han hecho creer que equivocarse es fracasar. Que un error es una sentencia definitiva. Pero no es lo mismo. El error es un tropiezo, el fracaso es renunciar para siempre.

Si intentas algo y fallas, no fracasaste. Aprendiste. Fracasar sería nunca volver a intentarlo. Pero ahí es donde la mayoría se rinde: cuando confunde el golpe con el nocaut.

¿Pelear o huir?

Cuando la vida nos golpea, tenemos dos opciones: pelear o huir. Y aunque suene tentador correr cuando algo se pone difícil, hay momentos donde lo único que te salva es el compromiso con lo que estás haciendo.

Comprometerse no es solo “estar ahí”. Es involucrarse. Es tomar control de lo que sí puedes cambiar en lugar de quedarte lamentando lo que no. Escribir tu destino en vez de esperar que alguien más lo haga por ti.

Recuerdo hace años cuando me sentía frustrado porque no lograba esa promoción que tanto deseaba. Me convencí de que el problema era la empresa, el jefe, el sistema… cualquier cosa menos yo. Huir fue más fácil que pelear. Renuncié sin siquiera comprometerme conmigo mismo a encontrar una solución. Culpar al universo de mis males me pareció más cómodo que preguntarme qué podía hacer diferente.

Pero la vida, que es insistente, me dio más golpes. Y poco a poco entendí que la clave no era buscar culpables, sino hacerme cargo de mi parte. Si quería crecer, tenía que cambiar mi enfoque: aprender, mejorar, insistir. Tomar control de lo que sí estaba en mis manos y soltar lo que no.

La clave: saber qué está bajo tu control

La vida es una mezcla de cosas que puedes manejar y otras que no. Saber diferenciarlas es lo que marca la diferencia.

  • Lo que está bajo tu control: tu actitud, tus decisiones, tu esfuerzo.
  • Lo que no está bajo tu control: la opinión de los demás, el pasado, la suerte.

La clave está en enfocarte en lo primero y aprender a soltar lo segundo.

Si algo está en tus manos y es importante, hazte matar por ello. Pelea, insiste, no sueltes. Pero si no depende de ti, aprende a perder. Acepta, sigue adelante. No pierdas tiempo peleando batallas que no puedes ganar.

La verdadera victoria

No se trata de nunca caer. Se trata de saber cuándo levantarte y cuándo dejar ir.

Porque la vida no premia al que nunca se equivoca. Premia al que entiende que cada error es parte del camino, y que solo fracasa el que deja de caminar.

 

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