josé echeverri

¿Cómo ser un líder sin ser el jefe?

¿Cómo ser un líder sin ser el jefe?

Lo primero que quiero manifestarte es que no hace falta tener un cargo para se un líder

El pensamiento tradicional nos ha hecho creer que necesitamos un título para ser considerados líderes, sin embargo, está demostrado en el ámbito deportivo y en el mundo empresarial, que lo que realmente hace a un líder son sus acciones.

Ser un líder es una decisión personal, depende de cada uno, porque cuando nuestra acciones inspiran, empoderan y sirven a los demás, no solo aumentará el desempeño de las personas que lo rodean, si no que también lo hará su propio desempeño.

Se trata de entregar lo mejor de nosotros, en todo momento, independiente del oficio o labor que tengamos, se trata de inspirar con nuestras acciones, empoderar y servir a otros. Las personas que viven esta definición no esperan un titulo, y actuar de esta manera no está reservado para los pocos seleccionados.

Si pensamos, ¿cuál es la fórmula de estos lideres?, no podemos pensar en una en particular para seguir al pie de la letra; existe una serie de acciones y prácticas que llevan a una persona a ser un líder.

¡Ayuda a tu Equipo!

A nadie le gusta trabajar con alguien que solo piensa en sí mismo y en cómo puede salir adelante. Es bueno tener impulso, ambición y aspiraciones, pero no puede ser a expensas de dañar a otros para llegar allí.

No hay mejor manera de mostrar sus habilidades de liderazgo que ayudando a otros. Esto podría significar transmitir el conocimiento y las habilidades que ha adquirido o resolver un problema que no es directamente su responsabilidad.

Toda actividad deportiva se fundamenta en el trabajo en equipo. En los mejores practicantes de deportes de equipo, y también de los llamados deportes individuales, la capacidad para funcionar en grupo es una calidad esencial, tanto como la seguridad en si mismo, el autocontrol, la iniciativa o el espíritu de superación. De igual forma, toda actividad empresarial se fundamenta en el trabajo en equipo, es una cuestión de supervivencia.

Una habilidad importante de los líderes en el ámbito organizacional es pensar en comunidad. Esto hace que se enfoquen en los resultados grupales y no tanto en los triunfos individuales.

Sé un oyente de élite

Escuchar es la habilidad de los grandes líderes. Para ser un oyente de élite hay que entender la diferencia entre escuchar y oir. La audición se realiza con los oídos, y la escucha se realiza con la mente. Oír es algo que nos sucede sin mucho control, mientras que escuchar es algo que elegimos hacer para comprender lo que alguien más está diciendo.

Si desea mostrar sus habilidades de liderazgo, haga silencio por un momento y escuche realmente lo que otros dicen. No solo aprenderá algo, sino que también causara una gran impresión a los demás porque los oyentes de élite se destacan.

Uno de los errores más comunes que a menudo cometemos es que no escuchamos para entender sino para contestar.

Algunos elementos importantes para una escucha activa son:

  • Cuerpo: actitud corporal abierta y dispuesta, contacto visual, estar presente en cuerpo y mente, colocate a la altura de la persona.
  • Emoción: aprende a gestionar tus emociones y reconocer las emociones del otro, dejar espacio y tiempo para que el otro se exprese, sé consciente de tus interpretaciones y juicios.
  • Lenguaje: tu cuerpo también comunica presta atención a tu comunicación no verbal y aprende a leer el lenguaje del otro, hacer gestos de asentimiento, valida lo dicho por la otra persona, pregunta para entender, dar y recibir retroalimentación, no interrumpir, resumir, parafrasear, clarificar.

Mantén una mentalidad de aprendiz

Los mejores líderes son eternos aprendices, por lo que su enfoque para desarrollarse o ser desarrollados es primordial. Las competencia clave incluyen tener una mentalidad de crecimiento, perseverancia y capacidad de entrenamiento.

La mentalidad de desarrollo puede asociarse con la capacidad de adaptación, que está vinculada a ser un oyente de élite. Es esa capacidad de aprender o ser entrenado fácilmente para hacer algo mejor. Hay una razón por la que los mejores atletas del mundo tienen entrenadores, y si es lo suficientemente bueno para ellos, debería se lo suficientemente bueno para nosotros también.

Todo el mundo necesita a un entrenador. No importa si uno es jugador de baloncesto, de tenis, gimnasta o jugador de bridge. Todos necesitamos personas que nos den retroalimentación. Sólo de esa forma mejoramos.

El coaching, originalmente desarrollado en el ámbito deportivo, es una de las técnicas más conocidas y utilizadas en el mundo empresarial. Sin embargo, aún estamos lejos de integrar de manera sistemática el entrenamiento de las variables psicológicas que impactan el alto rendimiento. Al igual que los atletas de élite necesitan entrenamiento mental para alcanzar su máximo potencial físico, los profesionales en el entorno de habilidades psicológicas cruciales para el éxito en habilidades duras.

Otra de las capacidades que destacan en un líder es la agilidad en el aprendizaje; así como los modelos evolucionan, los líderes también. Un líder siempre busca oportunidad para aprender técnicas, prototipos y reflexiona sobre experiencias exitosas y fallidas. Un líder en escenarios volátiles tiene gran capacidad de reacción.

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Comunícate con claridad

Una de las mejores maneras en que otros pueden juzgar nuestras habilidades de liderazgo es por la manera en que nos comunicamos.

La capacidad de comunicación también es uno de los mayores desafíos que tienen los líderes.

No es necesario mostrarse autoritario ni alardear de una jerarquía. Todo lo contrario, un buen líder de equipo suele mostrarse positivo en lo entrenamientos con el equipo, dialogando con el grupo, sabe elegir las palabras y acciones que generan motivación tanto a nivel individual cómo al equipo en general.

Recordemos también que, en el proceso comunicativo, el lenguaje corporal influye en un 55%, el tono de voz en un 38%, y el lenguaje verbal solamente en un 7%, por lo cual debemos cuidar no solo lo que decimos sino la forma en que lo expresamos y lo que transmitimos con nuestros gestos y nuestro cuerpo.

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No esperes, sé proactivo

No hay forma más rápida de mostrar sus habilidades de liderazgo que ser proactivo en lugar de reactivo. En lugar de esperar a que otros le digan qué hacer, busque problemas e intente resolverlos usted mismo. Si bien esto puede ser más natural para algunas personas, es un área en la que cada persona puede mejorar.

En el mundo del deporte, la proactividad es una habilidad bastante habitual y entrenada. Pero en el mundo de la empresa, en muchos casos ni se forma, ni se promueve. Al menos no con la frecuencia que sería deseada para una habilidad que tiene un peso tan relevante.

Ser proactivo significa pensar y actuar anticipándose a los eventos futuros. No solo es un excelente método para evitar una acumulación de trabajo más adelante, también puede ser esencial para prevenir problemas. Para ser una persona proactiva, empieza a actuar, aceptar tu responsabilidad y a controlar tus reacciones. Si te anticipas a tu futuro y te centras en las soluciones, más que en los problemas, mantendrás una perspectiva más feliz y proactiva.

En definitiva, no necesitas un título para ser un líder. Todos tenemos el potencial de liderar y la capacidad innata para practicar y desarrollar nuestras habilidades de liderazgo, ya sea en el trabajo o en cualquier otro ámbito de la vida. Solo necesitas potenciar ciertas habilidades que te permitirán demostrar tu capacidad para dirigir grandes proyectos, influir en otros y alcanzar resultados extraordinarios.

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